EXTRA!



Tropezarse en busca de la vida, caerse y levantarse aunque
nos tumben una y otra vez. De esto trata la juventud que retrata, entre neones
y colores chillones, la compañía Artes Verbénicas en ‘Deseada’
, una adaptación
de ‘La ermita, la fuente y el río’ del escritor Eduardo Marquina. Es con esta
pieza con la que el grupo multidisciplinar del que todos hablan en los
circuitos alternativos de la capital se sumerge en la mayor producción a la que
se han enfrentado desde que salieran victoriosos de la segunda edición del
Festival Talent Madrid con su castizo ‘Madrid Enverbenado’.


Llevaba la pieza de Marquina, escrita en 1927 y recibida
entonces con gran éxito, más de cinco décadas sin representarse, algo con lo que
decidió acabar este grupo de amigos fundado por los actores Pelayo Rocal y
Mario Marcol. Los recuerdos de infancia de Rocal, que pasaba parte de su tiempo
libre practicado bailes regionales en la villa asturiana de Piedrasblancas,
sirvieron para crear una compañía multidisciplinar centrada en la reinvención
de la tradición española. El concepto acerca lo folclórico mediante lenguajes
contemporáneos como la electrónica, el audiovisual y las danzas urbanas en un collage que no deja al público
indiferente en ninguna de sus producciones.

Estrenada en mayo de 2014 en Alcalá de Henares, ‘Deseada’ retoma el género del drama rural con la historia de una talaverana que ve cómo su juventud se marcha sin conseguir encontrarse a sí
misma. Adorada por un pretendiente elegantísimo, el mundo se le viene encima
cuando comienza a perder la razón por el novio de su hermana pequeña, Lucía.
Un
triángulo amoroso que dará que hablar a las viejas del pueblo mientras la
protagonista descubre cómo se ensanchan las calles cuando mira a los ojos a
Manuel.

Tres generaciones conviven en la primera adaptación a la que
se enfrenta la compañía: un grupo de jóvenes con sus ilusiones y diferencias,
los que representan el medio camino entre juventud y madurez y quienes viven
mirando al pasado, donde se sitúan dos de los personajes mejor trazados: la anciana doña Quiteria que todo lo sabe y el excéntrico Flor de Harina,
alejado del mundo tras la pérdida de su mujer.


El texto, adaptado junto a La Compañía del Tío Venancio, fue uno de los fenómenos teatrales más importantes de la escena madrileña del
primer tercio del siglo XX. La obra mantiene el verso original del escrito de
Marquina, acercándolo a la actualidad con puntos cómicos, un vestuario resultón
y un repertorio musical sorprendente.
Choca, eso sí, la sensación de
desorganización (quizá buscada) en las escenas más desenfrenadas del montaje. El
juego de la rana se mezcla con la electrónica y el surrealismo en una pieza de
hora y media en la que Artes Verbénicas se encarga de cada elemento de la
producción, desde el diseño gráfico hasta la escenografía, como hacían las compañías
de antaño.

Entre los actores, a los que en algún momento se les escapó algún verso, destacan Irene Martín Guillén como Deseada, soberbia
en las escenas más intensas de la representación, junto a su compañero Mario
Marcol, que se desdobla como Lorenzo y Rosario, especialmente brillante en el
primer papel.
Destaca también la doble interpretación de Pelayo Rocal como
Bernabé y un Flor de Harina bellísimamente construido, así como Nanina Rosebud,
que pasa con maestría de la inocencia de Lucía a la socarronería de Quiteria. Martín
Puñal
seduce como lo hace su personaje Manuel y Antía Lousada le pone el lado
cómico a los momentos amargos de la protagonista en un reparto que completa
Álvaro Molero como un desapercibido Rubén.
Sin necesidad de una gran escenografía, Artes Verbénicas
reinventa un género dibujando sonrisas en las caras de unos espectadores que
caen rendidos ante un efectivo desenlace que confirma que la compañía pisa
fuerte en las producciones, instalaciones y fiestas que llevan su firma. ‘Deseada’ seguirá cada jueves de noviembre en Nave 73 esperando a aquellos que quieran
acercarse a una propuesta que no necesita imitar a nadie para presumir de una marcada
identidad propia que se convierte en su mejor carta de presentación.