EXTRA! 



Una vez más, el Centro Cultural Coreano, perteneciente a la Embajada de la República de
Corea, nos acerca a las tradiciones de esta pequeña península del continente
asiático.
Esta vez, la Galería Han-ul del centro, en el número 15 del Paseo de la Castellana, nos presenta una exposición de artesanía
tradicional titulada ‘Invitación a la vida coreana’, compuesta por 14 piezas rigurosamente
seleccionadas, elaboradas por el Patrimonio Intangible de Corea, que
se puede disfrutar de forma gratuita hasta el próximo 10 de febrero.

Si algo llama la atención de un
país como Corea es la importancia que la naturaleza tiene en prácticamente
todas sus representaciones artísticas, lo que se debido, en parte, a la gran
variedad de especies vegetales y animales que hay en sus numerosos bosques como
consecuencia de unos marcados ciclos meteorológicos que marcan importantes
cambios en su clima. Como dato curioso, a pesar de ser un número reducido de piezas expuestas, la cantidad de tipos de madera utilizados en su
fabricación
 asciende a más de un
centenar
, permitiendo apreciar todo tipo de matices en sus texturas y
colores, desde las más cobrizas a algunas prácticamente negras.
Aparte de la madera, se
puede apreciar un gran número de materiales provenientes de la naturaleza, entre
los que destacan la arcilla y la porcelana blanca
, que muestra la belleza de las cerámicas coreanas, contrastando con los tradicionales verdes propios de la dinastía Goryeo. Todo aludiendo, de la forma más elegante y sutil posible, a la
madre tierra y al confucianismo coreano que buscaba el equilibrio en todo a
través de motivos y texturas que dotan de una belleza moderada a tazas, cuencos o mesas.


El nácar también tiene un papel
protagonista, especialmente en la espectacular y compleja elaboración de la mesa
centra
l. Una combinación perfecta entre la madera negra y los contrastes
de color del perlado del nácar dotan de mayor belleza al mobiliario, como también hacen el asta de toro y el abulón. 
Otros elementos imprescindibles en la artesanía tradicional
coreana son los dijes con borlas hechas con nudos artísticos y
teñidos de telas con pigmentos naturales que en su día fueron utilizados para
la elaboración de vestimentas, ornamentos personales y elementos decorativos
para el hogar.
Como el que da un salto y viaja en el tiempo, al fondo de la exhibición nos encontramos con una de las partes más llamativas de la muestra, que nos transporta a la dinastía
Joseon, una de las épocas más importantes y extensas de la historia
coreana. Allí puede observarse una reproducción exacta de una habitación específicamente destinada al ama de casa llamada anbang. A pesar de ser una
réplica, el menaje que se ha utilizado (como la mesa, tazas o el biombo) es original.
Se trata, en definitiva, de una discreta exposición que, a
pesar de su pequeñez, no dejará indiferente a nadie. Dedicándole sólo unos minutos se tendrá la oportunidad de rodearse de un sorprendente mobiliario milenario y de entender mejor una cultura tan lejana como interesante en la que las comidas, reuniones y vestimentas forman parte del día a día que define al pueblo. Un viaje a los hogares de un país que anima a conocer su historia, cultura y costumbres.