EXTRA!



Es
casi imposible no conocer al mítico grupo de grunge Nirvana, no haber escuchado alguna vez sus canciones u oído hablar
de su líder, Kurt Cobain.
Aquel trío
de Aberdeen (Washington) que se alzó de golpe en el mundo del estrellato
musical y que, sin darse cuenta, marcaron a toda una generación de jóvenes y
adolescentes incomprendidos e inconformistas que buscaban a una banda que reflejara sus más íntimos sentimientos.

Esa
imagen de ídolo de masas se rompe en el último trabajo del director
norteamericano
Brett Morgen, Kurt Cobain: Montage of Heck’, el documental que se estrena el día 23 de abril en 50 salas españolas y que se
mantendrá en cartelera por tiempo limitado.

Un nuevo proyecto que traspasa la barrera entre artista y fan, profundizando
en el lado más intimista del cantante con el beneplácito de su
familia, firmando 
tanto su esposa, Courtney Love, como su hija, Frances Bean Cobain, como productoras de la cinta.
No
es la primera película que se realiza sobre el cantautor. Su vida ha sido repasada
hasta la saciedad, manteniendo la eterna incógnita sobre las causas de su
muerte. No obstante, estamos ante un material que no sigue el patrón
típico en el que se enumeran los hechos acontecidos por orden cronológico. El
autor tuvo la suerte de contar con todos los archivos familiares, desde
grabaciones caseras nunca vistas en formato Super-8, fotografías, demos
desconocidas y libretos de canciones hasta diarios y dibujos que desvelan la mente oscura de un hombre traumatizado.
A todo ello se suman
las entrevistas a quienes formaban parte de su círculo más cercano, como su viuda, sus padres, su hermana Kimberly, su
compañero Krist Novoselic o su primera novia, Tracy.

Entre anécdotas se entrevé a un músico que pasó de niño adorable a adolescente insoportable al que el divorcio de sus padres marcó de por vida. Con una familia desestructurada, Cobain vagaba entre las casas de sus familiares, pero
sin pasar mucho tiempo con ellos, ya que ninguno podía aguantar la rebeldía
de un muchacho que empezaba a sentir fascinación por la música
punk y a tontear con el alcohol
y la marihuana para olvidar la falta de cariño y sosegar su odio a sentirse
humillado, aspecto que se postergó a pesar del éxito, dejando cada
crítica periodística una huella imborrable en él.
En
poco más de dos horas, el
documental resulta verdaderamente dinámico gracias a una combinación de imagen
real y animación.
El montaje resulta llamativo y armónico, mostrando todo
tipo de reflexiones a través de un collage
experimental perfectamente elaborado. Más interesante aún es el fantástico uso
de la discografía de la banda. La impactante y energética ‘Smell like teen spirit’ o la melancólica ‘Something in the way’, se quedan grabadas en nuestras mentes
mientras vemos a Kurt, Courtney y la pequeña Francis disfrutar de cada momento, sin dejar de lado el fatal desenlace que se produjo en abril de 1994.        
‘Kurt
Cobain: Montage of Heck’
 es un film que complementa a
otros trabajos más narrativos sobre el artista. Morgen
desmitifica al ídolo y nos acerca a un
hombre encantador y divertido que amaba por encima de todo a su hija al mismo tiempo que escondía el tormento de quien deseaba ser feliz sin saber cómo
lograrlo.