EXTRA!



La blancura impoluta se adueña de la pantalla y presenta un clima frío,
escalofriante y sobrecogedor. El director y guionista canadiense Atom Egoyan
envuelve la atmósfera en la congoja propia de los thriller espeluznantes y expone
una sucesión de acontecimientos que, haciendo referencia a la Reina de la noche de ‘La flauta mágica’, entrega una cinta dispuesta a
convertirse en un icono del género.



La magnífica introducción de ‘Cautivos’,
en sintonía con un espacio amplio y una realización cuidada, abre las puertas
de un ejercicio de estilo digno de admiración en el que se esboza el equilibrio medido entre
fotografía y música, presentando a uno de los malignos más prometedores de los
últimos tiempos.



Sin embargo, y contra todo pronóstico, el largometraje se desploma al poco de
empezar. La historia sobre las extrañas circunstancias que rodean el
caso de una niña desaparecida hace ocho años
se convierte en una
reiteración de ideas ya exploradas por autores como Denis Villeneuve en ‘Prisioneros’, con la única diferenciación del uso de innecesarios saltos en el
tiempo.



Ryan Renolds y Mireille Enos, que interpretan a los padres de la pequeña, no
consiguen añadir interés al metraje.
Pese a representar intensamente
el dolor y la frustración ante el desconocimiento de los hechos,
trasmitiendo con ejemplaridad la desesperación e impotencia de la circunstancia, la pareja no logra suplir las
carencias del guión, algo que se hace más patente conforme la cinta avanza.




El rapto y la desaparición de niños, junto al análisis emocional de quienes
cometen semejantes abusos, quedan relegados a un inmerecido segundo plano. Focalizando sobre tramas alejadas de la investigación,
el guión trata de dar protagonismo a los policías Rosario Dawson y Scott
Speedman, generando caracteres superfluos y giros narrativos inconclusos.



La trayectoria de Egoyan no juega a favor del
film.
La sutileza y maestría de títulos como ‘El dulce porvenir’ o ‘Ararat’ no hace más que acentuar la falta de personalidad de su último trabajo, que
sin magia ni definición se convierte en una de las películas más flojas del
realizador canadiense.



La atmósfera delicada, el reparto digno y la música apasionada quedan ocultas
bajo un guión tan enrevesado como incoherente. Sin destacar ni contar con ningún elemento diferenciador,
‘Cautivos’ surge como un mero entretenimiento que pierde su interés conforme las
aparentes incógnitas se transforman en evidencias.