EXTRA!
Es evidente que, por agotados
que estemos de confinamientos, cambios de horarios de toques de queda y cifras
devastadoras que siguen conviviendo con nosotros con el riesgo de que las
normalicemos, amar la música es una actitud y, desde luego, fue la de todas
aquellas personas que el pasado sábado 27 de febrero se reunieron a mediodía en
el Teatro EDP Gran Vía de Madrid para acompañar al grupo de pop-folk catalán Manel, al que ya
hemos podido disfrutar en anteriores ocasiones, y que esta vez visitaba la
arteria principal de la capital para retomar la gira de presentación de ‘Per la
bona gent’, un trabajo editado en 2019 en el que la electrónica, la tradición y
hasta elementos del clasicismo hip-hop y del R&B tienen su espacio.
Con los temas de su quinto
trabajo como protagonistas, la banda salía a las tablas de un teatro que estas
semanas acoge el ciclo ‘Abierto a mediodía’, con el que se trata de revitalizar
la escena musical de la ciudad, con grupos como M-Clan, Marlango o Arnau Griso,
manteniendo la distancia social y otras medidas de seguridad con las
que se trata de ser lo más cuidadosos posibles ante el virus que ha paralizado
el mundo, cumpliendo con los protocolos impuestos por Smedia,
comprometido con el lema de la cultura es
segura que gritaron algunos asistentes durante la actuación del cuarteto
liderado por Guillem Gisbert.
La cita fue en ascenso,
con un arranque que entró de lleno en el nuevo repertorio de la formación, que ya se
disfrutó hace algo más de un año en La Riviera, con fondos de colores
degradados, momentos de puro goce instrumental gracias a los toques de
electrónica y los sintetizadores, así como puntos álgidos como ‘Boy Band’, donde los
cuatro músicos demostraron sus dotes para las coreografías. Habrán actuado en
Nueva York, Buenos Aires o Manila, pero no creemos que les cuiden tanto como en
nuestro país. ¡Ni el radiofónico Carles Francino se perdió una cita que rozó el sold out!
Se notaba en el
ambiente las ganas que había de concierto, a pesar de que las mascarillas
escondiesen las sonrisas de los asistentes, sobre todo cuando hits como ‘Teresa Rampell’ o ‘Jo
Competeixo’ nos recordaron los grandes festivales que ahora parece que disfrutamos
hace un siglo en ciudades como la nuestra. El público hacía temblar el suelo
con sus pies, prometiendo volver a revolverse frente a los escenarios cuando
todo esto pase.
Aunque echamos de menos
esa preciosidad que es ‘Al mar’, la calidad de nuevas canciones como ‘Per la
bona gent’ camuflan las nostalgias con la sangre fresca que nos trajo un LP que
logró entrar en su día en el número uno de ventas y con el que lo cierto es
que consiguen conformar un show potentísimo, compacto y en el que los
bajos, el teclado y la batería tienen tantos momentos de gloria como los pasos
de baile (y los ya clásicos movimientos de cadera…) de Gisbert.
Durante más de una hora
y media de actuación, Manel demostró lo bien que le ha sentado su giro al
electropop y la aceptación de un público entregadísimo al que el potente
despliegue de luces y sonido no emocionó tanto como el hecho de volver a estar
delante de uno de sus grupos favoritos tras meses de encierro, noticias grises y ganas de música en directo.