EXTRA!
Todo proceso de creación tiene por origen el amor, dejando
entrever en sus entrañas la transformación de una idea en una obra más o menos
acertada. Mientras que la vida tiende a ser inmoderada, toda pieza artística se
debe atener a un acto de comedimiento que se ajuste a unas normas que pongan
puertas al campo, estableciendo una lógica que aleje al público de la confusión.
‘El cabaret de los hombres perdidos’ es un musical galardonado
con dos Premios Moliére en Francia y seis Premios Hugo en Argentina, escrito
por Cristian Simeón y Patrick Laviosa sobre una idea original de Jean-Luc
Revol, dirigido por Víctor Conde en la moderna Sala Verde de los Teatros del
Canal. Una de las mayores fortalezas de la producción española se encuentra en el
potentísimo reparto que la protagonizan: Ignasi Vidal, Armando Pita, Ferran
González y Cayetano Fernández se meten en la piel de unos personajes que hacen
de la transgresión y la provocación sus principales baluartes.
con dos Premios Moliére en Francia y seis Premios Hugo en Argentina, escrito
por Cristian Simeón y Patrick Laviosa sobre una idea original de Jean-Luc
Revol, dirigido por Víctor Conde en la moderna Sala Verde de los Teatros del
Canal. Una de las mayores fortalezas de la producción española se encuentra en el
potentísimo reparto que la protagonizan: Ignasi Vidal, Armando Pita, Ferran
González y Cayetano Fernández se meten en la piel de unos personajes que hacen
de la transgresión y la provocación sus principales baluartes.
El espectáculo, que puede verse hasta el próximo 8 de
noviembre en la capital, cuenta la historia de Dicky, un joven que, tras huir
de una pandilla de matones, llega a un sórdido salón de tatuajes donde le
esperan un tatuador enamoradizo, una transexual llena de cicatrices y un
señuelo del destino que conducirá al protagonista hacia su posible porvenir, permitiéndole
anteponerse a las consecuencias de su elección. Su sueño de ser cantante parece
quedar reducido a cenizas cuando lo que le ofrecen es vender su cuerpo a cambio
de un buen puñado de billetes.
noviembre en la capital, cuenta la historia de Dicky, un joven que, tras huir
de una pandilla de matones, llega a un sórdido salón de tatuajes donde le
esperan un tatuador enamoradizo, una transexual llena de cicatrices y un
señuelo del destino que conducirá al protagonista hacia su posible porvenir, permitiéndole
anteponerse a las consecuencias de su elección. Su sueño de ser cantante parece
quedar reducido a cenizas cuando lo que le ofrecen es vender su cuerpo a cambio
de un buen puñado de billetes.
La importancia del mundo del tatuaje prima en una producción
de 90 minutos que se sitúa en una sala de tatuajes donde también se sirven
copas en la que Dicky se irá tatuando los nombres de todos los amantes que van usándolo a su antojo, dando un salto tramposo de la actuación en el cine porno a
la prostitución. En el texto radica el gran fallo de una producción a la que
poco se le puede reclamar en cuanto a sus actuaciones, escenografía y
adaptación, de la que se ha encargado el actor Jorge Roelas. Una escena
absurda protagonizada por un alterado Pocoyó y una más que cochina Peppa Pig (en
la que el público no puede más que compadecerse de los actores) contrasta con
números musicales brillantes como ‘El aria de Dicky’ interpretada por Cayetano Fernández o la pegadiza
habanera ‘Pruébalo’, que él mismo comparte con Ferran Gonzalez.
de 90 minutos que se sitúa en una sala de tatuajes donde también se sirven
copas en la que Dicky se irá tatuando los nombres de todos los amantes que van usándolo a su antojo, dando un salto tramposo de la actuación en el cine porno a
la prostitución. En el texto radica el gran fallo de una producción a la que
poco se le puede reclamar en cuanto a sus actuaciones, escenografía y
adaptación, de la que se ha encargado el actor Jorge Roelas. Una escena
absurda protagonizada por un alterado Pocoyó y una más que cochina Peppa Pig (en
la que el público no puede más que compadecerse de los actores) contrasta con
números musicales brillantes como ‘El aria de Dicky’ interpretada por Cayetano Fernández o la pegadiza
habanera ‘Pruébalo’, que él mismo comparte con Ferran Gonzalez.
Los actores defienden con dignidad unos personajes que no
hacen sino demostrar el poder de un intérprete a la hora de dignificar
producciones inclasificables. El gusto que da ver a un polifacético Armando Pita,
a un acertadísimo Ferran González y a un más que prometedor Cayetano Fernández
permite dejar a un lado las carencias narrativas de una pieza pretenciosa inspirada en
el ‘Cuento de Navidad’ de Charles Dickens. Uno de los mejores
actores de musicales españoles, Ignasi Vidal, saca a relucir su parte más cómica al mismo tiempo que se mete en la piel de diferentes personajes.
hacen sino demostrar el poder de un intérprete a la hora de dignificar
producciones inclasificables. El gusto que da ver a un polifacético Armando Pita,
a un acertadísimo Ferran González y a un más que prometedor Cayetano Fernández
permite dejar a un lado las carencias narrativas de una pieza pretenciosa inspirada en
el ‘Cuento de Navidad’ de Charles Dickens. Uno de los mejores
actores de musicales españoles, Ignasi Vidal, saca a relucir su parte más cómica al mismo tiempo que se mete en la piel de diferentes personajes.
Se nota la mano de Víctor Conde en la dirección, un acierto
que se une al trabajo musical de Marc Álvarez con una partitura que por
momentos recuerda a Sondheim, tocada al piano en estricto directo. El trabajo coreográfico llevado a cabo por Amaya Galeote dota de
movimientos muy precisos a cada personaje, mientras que los elementos escenográficos sirven para usos diferentes en una correcta puesta cercana al pequeño formato con el que el proyecto fue concebido.
que se une al trabajo musical de Marc Álvarez con una partitura que por
momentos recuerda a Sondheim, tocada al piano en estricto directo. El trabajo coreográfico llevado a cabo por Amaya Galeote dota de
movimientos muy precisos a cada personaje, mientras que los elementos escenográficos sirven para usos diferentes en una correcta puesta cercana al pequeño formato con el que el proyecto fue concebido.
Reflexionando sobre cómo las decisiones que creemos correctas
pueden llevarnos a sitios equivocados, el trabajo musical, interpretativo y
corporal queda eclipsado por una historia que no llega a emocionar a un
espectador más pendiente de las excelsas cualidades de los actores que de una
trama que deja indiferente.
pueden llevarnos a sitios equivocados, el trabajo musical, interpretativo y
corporal queda eclipsado por una historia que no llega a emocionar a un
espectador más pendiente de las excelsas cualidades de los actores que de una
trama que deja indiferente.