EXTRA!
Las calles del centro en silencio un domingo a las ocho de la
mañana. Una sesión matinal en versión original subtitulada sin nadie más en la
sala. Dos tajadas de bacalao en Casa Labra y una napolitana de crema en La
Mallorquina. Los musicales de la Gran Vía. Los relaciones públicas de los que
huir en la calle Huertas. Los escaparates convertidos en obras de arte
de Malasaña y los borrachos que corean cada tema de los ochenta
en el Penta.
Un chocolate con churros en un bar de toda la vida junto a un
gran ventanal por el que se ve hacer cola a decenas de personas que esperan
para hacerse una foto con un bol lleno de leche azul y cereales americanos. Una
terraza cualquiera. Leer un libro en medio del Jardín Botánico y, si se tercia,
ordenar los pensamientos dando un paseo infinito por El Retiro. La Puerta de
Alcalá, viendo pasar el tiempo…
gran ventanal por el que se ve hacer cola a decenas de personas que esperan
para hacerse una foto con un bol lleno de leche azul y cereales americanos. Una
terraza cualquiera. Leer un libro en medio del Jardín Botánico y, si se tercia,
ordenar los pensamientos dando un paseo infinito por El Retiro. La Puerta de
Alcalá, viendo pasar el tiempo…
Enamorarse a la vez del chico más guapo del Ochoymedio y de
su novia, que no deja de hacerse selfies
sin que importe lo que suene. Que te duelan los pies de tanto bailar
pero te toque recorrer el Paseo del Prado para llegar al siguiente búho.
Cenar ese plato que tanto te gusta en alguna de las franquicias de éxito que todos
conocen, justo enfrente de la exposición de moda.
su novia, que no deja de hacerse selfies
sin que importe lo que suene. Que te duelan los pies de tanto bailar
pero te toque recorrer el Paseo del Prado para llegar al siguiente búho.
Cenar ese plato que tanto te gusta en alguna de las franquicias de éxito que todos
conocen, justo enfrente de la exposición de moda.
Levantar la vista y encontrarte con un amigo en Carretas que
te arrastra a tomar una cerveza artesanal mientras os quejáis de la cantidad de
gente que hay estos días por el centro para acabar reconociendo que os costaría
vivir lejos de la multitud, el caos y los planes infinitos de una ciudad fiel a
pocos pero amante de tantos. ‘Las noches en Madrid nunca se olvidan’, decís
mientras pedís la última. O eso
creéis.
te arrastra a tomar una cerveza artesanal mientras os quejáis de la cantidad de
gente que hay estos días por el centro para acabar reconociendo que os costaría
vivir lejos de la multitud, el caos y los planes infinitos de una ciudad fiel a
pocos pero amante de tantos. ‘Las noches en Madrid nunca se olvidan’, decís
mientras pedís la última. O eso
creéis.
Recorrer los puestos del Rastro a primera hora, acabar de
tapas por La Latina y volver a casa a medianoche. Tú querías volver pronto,
pero la ciudad es así de perra. Que siempre te lían, dices. Claro que sí, guapi. Los mangantes de
los que huir en Sol y aquella pelea mítica entre Bob Esponja y Hello Kitty. ¿Te
acuerdas? Aunque lo cierto es que nosotros siempre hemos sido más del Spiderman
de la Plaza Mayor. Ese sí es un superhéroe y no los que anuncian los carteles de cine de los
Capitol.
tapas por La Latina y volver a casa a medianoche. Tú querías volver pronto,
pero la ciudad es así de perra. Que siempre te lían, dices. Claro que sí, guapi. Los mangantes de
los que huir en Sol y aquella pelea mítica entre Bob Esponja y Hello Kitty. ¿Te
acuerdas? Aunque lo cierto es que nosotros siempre hemos sido más del Spiderman
de la Plaza Mayor. Ese sí es un superhéroe y no los que anuncian los carteles de cine de los
Capitol.
¿Intentar dar dos pasos por Preciados un 25 de diciembre o
hacerse hueco en la cabalgata de Reyes? Tampoco pidas tanto, que los milagros
no existen por muchas iglesias que tenga la capital y vidas de ensueño
que prometan en Doña Manolita. Para qué pensar si existe el
paraíso con las puestas de sol que tiene la ciudad donde reíste, lloraste y
viste nacer amistades y amores impensables, regados por un buen vino en
cualquier parte. Tenemos miles de razones para amar Madrid, cuna de múltiples
manifestaciones artísticas y culturales, ciudad de gatos, de Tierno Galván y
también de parques. El eterno verano está en sus calles.
hacerse hueco en la cabalgata de Reyes? Tampoco pidas tanto, que los milagros
no existen por muchas iglesias que tenga la capital y vidas de ensueño
que prometan en Doña Manolita. Para qué pensar si existe el
paraíso con las puestas de sol que tiene la ciudad donde reíste, lloraste y
viste nacer amistades y amores impensables, regados por un buen vino en
cualquier parte. Tenemos miles de razones para amar Madrid, cuna de múltiples
manifestaciones artísticas y culturales, ciudad de gatos, de Tierno Galván y
también de parques. El eterno verano está en sus calles.