EXTRA!



¿En qué momento dejamos
que le inoculasen a la juventud la idea de que no hay más salida que la del
reconocimiento y el dinero fácil a costa de su dignidad?
Si mezclamos esta
reflexión con uno de los textos más populares de William Shakespeare, ‘Romeo y Julieta’,
y añadimos el texto de uno de los dramaturgos españoles más importantes de la
escena actual, Jordi Casanovas, el resultado es ‘Hey boy Hey girl’, el
explosivo montaje que La Joven Compañía ha presentado hasta el pasado 28 de
febrero en el que ya han convertido en su escenario habitual, el Teatro Conde
Duque
.


No sería justo ignorar
la importante labor social y cultural que la compañía dirigida por José Luis Arellano ejerce en el panorama teatral contemporáneo, convirtiéndose en una
plataforma laboral para jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 25
años que centran buena parte de sus representaciones en realizar funciones para
estudiantes de secundaria y bachillerato de toda la Comunidad de Madrid.
Son,
sin duda, la esperanza de que miles de adolescentes se acerquen a las tablas y
caigan rendidos al placer del arte escénico.

El último montaje de La
Joven Compañía
presenta a un grupo de jóvenes que participan en un reality que bien podría ser ‘Gandía Shore’ en el que los míticos Capuletos y Montescos pasan a convertirse en los KPL y
los Manteca, dos casas que compiten por hacerse con la victoria. Sorprende, en
primer lugar, la valentía de Casanovas y Arellano para tomar un texto clásico y
presentarlo desde una perspectiva novedosa que no se desprende de los temas que
trata la obra de Shakespeare.
Aunque puede que los más puristas se lleven las
manos a la cabeza, el riesgo merece la pena: la versión está llena de crítica y
frescura, además de un dinamismo al que mucho ha contribuido la coreografía de
Andoni Larrabeiti, la escenografía de Silvia de Marta y la videoescena de
Álvaro Luna. El trabajo técnico es incuestionable.

Para el público que
acuda por primera vez a una función de la compañía, la cara del prestigioso
actor Javier Gutiérrez será la única que le suene en una acción vibrante cuyo
reparto conquista al espectador. Gutiérrez lleva a cabo la labor del alter ego de Jorge Javier Vázquez, como
un presentador hermético para el que el fin justifica (todos) los medios.
Su
presencia se lleva a cabo a través de una pantalla que proyecta lo que graba el
cámara que sigue a los jóvenes, así como varios vídeos sin desperdicio que
llegan a acompañar los momentos de danza con los que cuenta la función.


El reparto brilla en su
conjunto y deja claro que sus nombres formarán parte de futuras producciones,
tanto dentro como fuera de La Joven Compañía.
Los actores logran que el
lenguaje coloquial – que resultará familiar a los más jóvenes – no parezca
artificial debido a la naturalidad de unas actuaciones trepidantes que se adaptan a los
enfrentamientos de unos y los sentimientos de otros gracias a un texto
redondo.

Alejandro Villazán se
mete en la piel de un Romeo del siglo XXI que seduce a una Julieta interpretada
por Sara Sierra, ambos con gran verosimilitud. Destaca la batalla de rap
protagonizada por Teval (Jaime Lorente) y Merche (Ana Cañas) en uno de los
enfrentamientos más intensos de la función. Enrique Cervantes sobresale en el papel de Floro, el mejor amigo de la enamorada y uno de los
personajes a los que más cariño coge el público. Pablo Béjar, Ana Escriu, Jesús
Lavi, Quique Moreno, Alberto Novillo, Raúl Pulido y Estíbaliz Racionero
completan un elenco que derrocha gran energía en escena, donde además de interpretar
tienen tiempo para bailar y modificar la escenografía.
El apasionado romance clásico de final trágico se moderniza y acerca al espectador al ritmo de la música en directo de
un DJ y de las emociones de un grupo de actores que hace disfrutar,
reír y reflexionar a un público que se siente hipnotizado por la profesionalidad
de una compañía con mucho futuro y talento entre sus filas.