EXTRA!



Cuando de pequeño te llevan a un
país diferente al tuyo, desarrollado y progresista, y en él pasas
tu infancia, el viaje de vuelta no es fácil.
Eso es exactamente lo
que le pasa a
Pablo (Adrián Expósito) en ‘2 francos, 40 pesetas’ que, con su estreno el 28 de marzo, ilustra en pantalla grande el sentimiento de todos aquellos emigrantes que perdieron su
identidad al ser el extranjero en España y el español en el extranjero.

‘Un franco, 14 pesetas’ narraba
las dificultades a las que los españoles se enfrentaban en los años 60,
viéndose forzados a emigrar para mejorar su nivel de vida y salir de la
precariedad. En la segunda parte, la cinta se centra en otro momento difícil para el país:
la crisis energética que tuvo lugar en el año 1974.
Ya han pasado seis años
desde que Martín (Carlos Iglesias) y su familia dejaron Suiza atrás y volvieron
a Madrid, aunque ninguno olvida la tierra que les devolvió la esperanza.
La película da protagonismo a la
historia de Pablo, el pequeño que al final de la primera parte volvía a un
país que no reconocía como hogar y donde, por mucho que sus padres intentasen cambiar su opinión, él sólo veía pobreza y falta de ese verde al
que tan acostumbrado estaba en el país en el que creció. El joven, que no
puede olvidar Uzwil, no encaja con la mentalidad retrógrada de la España de los
años 70 y convence a Martín y Pilar (Nieve de Medina) para hacer un Interrail
junto a su amigo Juan (Luisber Santiago).

A su vez, Marcos (Javier
Gutiérrez)
, que se quedó con Mari Carmen (Ángela del Salto) en Suiza,
celebra el bautizo de su segundo hijo y aprovecha la ocasión para invitar a sus amigos madrileños, que serán los padrinos. Martín espera encontrar un trabajo al
volver, ya que lleva años haciendo chapuzas que apenas les da para pagar las
facturas, pero no cuenta con el beneplácito de Pilar, que prefiere inventarse
ante el resto una vida perfecta ante el miedo a que les vean
como unos fracasados.
La historia se tuerce para todos
y Uzwil termina plagada de españoles en lo que es una comedia pura y dura.
La
primera parte del proyecto fue el debut en la dirección de Carlos Iglesias y le valió la
nominación al Goya a mejor director novel. Con la colaboración especial de Tina Sainz, Roberto Álvarez, Lolita
Flores y Marta Puig
, el reparto deja al filme a la altura de los
preciosos paisajes y la cuidada fotografía, algo que no se puede decir de su
banda sonora, que peca de intentar sentimentalismos y no termina de encajar en
la pieza.
En un tono mucho más ligero que
su antecesora, ‘2 francos, 40 pesetas’ presenta una situación complicada para la familia pero
totalmente distante del drama.
Los golpes de la vida se
afrontan con un optimismo claro y notas de humor continuas. Si la primera parte nos dejó un sabor agridulce en su desenlace, esta vez no hay lugar para la amargura.