EXTRA!



Todo el mundo suele recordar a sus profesores. Entre todos, siempre hay uno que fluye entre recuerdos, creando una amarga imagen de aquella época. Independientemente
de la causa de aquel rencor, siempre hay quien ve talentos que, de no explotarse, nunca salen a flote. Desarrollarlos implica un esfuerzo, ir más allá de
nuestras posibilidades, pero cuando un educador es consciente de este hecho,
¿es ético conducir al alumno más allá de sus propios límites?
La
competitividad que impera en la sociedad nos obliga a ser cada día mejores para poder
alcanzar nuestros sueños. Y a veces tanta tenacidad puede provocar consecuencias desastrosas.


La
ilusión de Andrew (Miles Teller), un
joven batería que aspira a ser un gran artista de jazz, da forma al primer
largometraje del director y guionista estadounidense Damien Chazelle, ‘Whiplash’, que llega a la cartelera española este viernes 16
de enero.
 La película muestra un reflejo de la lucha encarnizada entre el joven y el profesor Fletcher (J.K. Simmons), cuestionando un método de enseñanza basado en la humillación, la violencia verbal, la competencia
y la obsesión por la perfección.

El film ha conseguido 5
nominaciones en los próximos Oscar, entre los que destaca su candidatura a mejor
película y mejor actor secundario para Simmons,
que realiza un trabajo abrumador. Hacía tiempo que no se veía en pantalla a un
personaje tan tiránico, hasta el punto de que el propio espectador llega a sentir el maltrato en primera persona.
Su fuerte carácter, intensidad y
emoción, sustentados en una presencia intimidante, deja bien claro el gran
talento del intérprete. Su compañero de reparto, Teller, tampoco se queda atrás y, pese a estar pasando desapercibido para la crítica, despunta con un personaje que aprende
a confiar en sí mismo y con el que irremediablemente el espectador empatiza.



La
relación entre ambos personajes está llena de ira contenida y, con cada
enfrentamiento, el ritmo se vuelve más vibrante.
La fusión entre música e
historia acaba desembocando en un drama psicológico. Con un impecable guión, el argumento concluye con un clímax inesperado
y abrumador. Pese a que la idea de la cinta parte de un sencillo
cortometraje y que Chazelle no
recibió el suficiente apoyo porque era un trabajo que no llamaba la atención,
es evidente que, con el éxito que está cosechando, el cineasta se ha abierto paso
a lo grande en el mundo del séptimo arte.

El director Sharone Meir se encarga de una
labor fotográfica con toques intimistas, otorgando un mayor peso a la
interpretación frente al ambiente, con un juego de luces envolvente y
excitante.
Acorde a este escenario, la banda sonora pasa a ser la pieza clave en
este tipo de proyectos. Su intensidad aumenta a medida que avanza
la historia, partiendo con el jazz de
Hank Levy y su tema ‘Whiplash’ culminando con ‘Caravan’ de Duke Ellington & Juan Tizol.
Para
ser el mejor hay que superarse a uno mismo, conocer los fallos para mejorar y, ante todo, no darse por vencido. Una idea que se desprende
de ‘Whiplash’, una película que brilla por sus espectaculares interpretaciones y la extraordinaria selección musical que hacen
del largometraje una cita repleta de una sobrecogedora intensidad emocional.