EXTRA!
Hyatt Centric Gran Vía



Conocemos pocos placeres mayores
que el de terminar un día de turismo descansando en una cama inmensa, sabiendo
que al día siguiente nos espera un exquisito desayuno buffet en un ambiente
agradable.
Si viajar es una de las mayores glorias de esta vida, elegir bien el
sitio en el que guardar las maletas, renovarse con una ducha caliente y besar
hasta el agotamiento a quien se ama es clave para el éxito
de una buena escapada.



De estar a la altura en este contexto sabe de sobra la cadena Hyatt,
que ha vuelto a apostar por España con un precioso hotel situado en el número
31 de la mismísima Gran Vía, consciente del gran potencial de nuestra ciudad
debido a su amplia oferta de ocio, cultura y gastronomía. Con 47
establecimientos repartidos por toda Europa y un precedente ibérico en
Mallorca,
la compañía destaca por dirigirse al público millennial, amante del lujo entendido como la búsqueda de la mejor
experiencia personal posible en cuanto al trato humano y su relación con las
nuevas tecnologías
(como no podía ser de otra forma, todos los espacios cuentan con wifi gratuito).


Repleto de sutiles referencias a
la historia de la ciudad desde su apertura, el pasado mes de diciembre, Hyatt Centric Gran Vía Madrid esconde
un tesoro histórico: en su azotea se encuentra una
viga dañada por un bombardeo durante la Guerra Civil española, hoy transformada en
una instalación de arte que habla de la importancia del pacifismo. Manteniendo
el valor arquitectónico del que fuera un edificio de oficinas gestionado por
tres generaciones de la misma familia, la fachada del siglo XIX, el pórtico de
la entrada y unas preciosas escaleras de caracol con su barandilla hecha a mano
dan la bienvenida
a un alojamiento con 159 habitaciones en las que se puede
disfrutar de preciosas vistas.

Twin Bed Hyatt Centric Gran Vía

Las guitarras, el estampado de
pata de gallo presente en tapicería y alfombras, así como la iconografía de las
obras del genial pintor madrileño Juan Gris, sumergen al huésped en la cultura popular madrileña
a través de sus
iconos artísticos y locales. Brillan, por otra parte, espacios para reuniones y
eventos en los que la luz natural, la insonorización y la modernidad de su
equipamiento enamoran. La decoración, que reproduce un jardín invertido,
recuerda de forma inevitable a los paisajes del Retiro. Volviendo a la planta
baja, a más de uno le sacará una sonrisa la curiosa selfie room en la que practicar las mejores poses en una zona llena
de referencias musicales. No es necesario ser una estrella para quedar bien en
la foto, aunque su gimnasio abierto las 24 horas del día ayuda a ponerse en
forma en un espacio acogedor.

Un punto y aparte se merece el
restaurante del hotel, situado en la primera planta, que bajo el nombre Hielo y Carbón acoge una oferta
culinaria que combina las gastronomías peruana y española, con un ambiente informal sorprendente.
Con una cocina
abierta dedicada al carbón y una zona de crudo
bar
, esta zona se complemente con una carta completísima de cócteles en La Gintonería, espacio ideal para ver y
ser visto cuyas creaciones aluden en sus nombres a la famosa movida madrileña.

Entre los platos que pudimos
probar recomendamos su corazón de tomate ahumado de Mazarrón con burratina y
vinagreta de mango, el sabroso pulpo anticuchero a la brasa con chimichurri de
cilantro y salsa de olivas de botijas, y el sorprendente chocolate con churros
que llega a la mesa con cremoso de chocolate caramelo, helado de chocolate y
tartaleta de churros.
¡Te chuparás los dedos! El precio medio de 35 euros por
persona se ajusta gracias al 30% (sin condiciones) que se ofrece habitualmente en El Tenedor y al menú ejecutivo
(Explorer) de 18 euros que incluye dos platos, postre, pan y bebida. Ningún pero a una extensa carta de vinos en la
que se encuentran referencias de toda la geografía española y el detalle de poder elegir por copas algunas de ellas.

Restaurante Hielo y Carbón

Otro espacio para entregarse al
placer del gusto es su bar Ondas, vermutería y café inspirado en un estudio de música que se sitúa en la
planta baja, junto a la zona de recepción.
Los cócteles previos al
musical de moda y la copa para celebrar la llegada del fin de semana se
toman aquí, junto a distintas opciones de picoteo y cervezas. En lo más alto,
por otro lado, se sitúa un bar secreto con una de las mejores vistas del centro
de la ciudad junto a una impresionante escultura de cinco metros de la diosa romana Diana.

Del precioso interiorismo del
hotel se ha encargado el famoso estudio de diseño Blue Sky Hospitality, fundado por el arquitecto e interiorista Henry Chebaane
, obcecado en sorprender
y divertir a partes iguales en un hotel que mantiene el foco en la
funcionalidad y el gusto por la estética. Más de 100 personas trabajan cada día
en el alojamiento más bonito de la Gran Vía, el mismo que desde hace semanas está
enamorando a toda la ciudad con un completísimo brunch para quitarse el sombrero. ¿Vamos haciendo una reserva?