EXTRA!

Maria Arnal i Marcel Bagés



Los que asistimos el pasado viernes 11 de
mayo al concierto que ofrecieron Maria Arnal i Marcel Bagés en la Sala Joy Eslava comprendimos la fuerza que tiene lo popular, revisitado
desde el presente más moderno, y su sinceridad interpretativa.
Cuando un grupo
es difícil de definir e imposible de encasillar tal vez sea porque nos encontramos ante una
propuesta auténtica y sincera que, por el fervor con el que el público la recibe, ha encontrado un hueco que muchos esperaban que fuese rellenado. Es quizá el hueco de la desmemoria, uno de los más hondos dentro de
la cultura colectiva de España.



En el marco del ciclo de
conciertos
Sound Isidro, celebrado en Madrid a la par que las tradicionales
fiestas del patrón de la capital,
estos dos artistas catalanes presentaron su disco
debut ’45 cerebros y 1 corazón’, reconocido como uno de
los discos del año.
La noche comenzó con la canción que titula el álbum, nacida de la noticia que describía cómo en una localidad de la provincia de Burgos se encontraron estos órganos pertenecientes a fusilados de la Guerra
Civil. Toda una declaración de intenciones de la banda que, en palabras de
Maria Arnal, podría ser una clara definición de ‘nuestra socialdemocracia,
construida sobre un montón de muertos’. Y le siguieron
‘Bienes’, una pieza reivindicativa que cuestiona la legitimidad de la propiedad de la tierra y los
recursos naturales, así como la generosa
‘Jo no canto por la veu’.


Con ‘Cançó de Marina Ginestà’,
una versión que el grupo ha realizado de un tema que se cantaba en uno de los barcos de exiliados españoles tras la Guerra
Civil
, y ‘Cançó del taxista’, Maria Arnal tuvo tiempo de explicar levemente su
labor como recuperadora de canciones y músicas tradicionales perdidas. Los
juegos de voz de la artista son
hipnóticos y están llenos de significado.

También hubo tiempo de
deleitar al público con una versión conmovedora y desalentadora del ‘Miénteme’ de Niño de Elche, así como de sacar a relucir su canción mantra ‘La gent’, en la que nos recuerdan que ‘la gente no se da cuenta del
poder que tiene’. En la recta final del recital, las composiciones de temática
más amorosa hacen su aparición, siempre con ese punto subversivo y
reivindicativo de la banda. A ‘No he desitjat mai cap cos com el teu’ le
siguieron ‘Desmemoria’ y una pieza en proceso llamada ‘Big
Data’
que supone una crítica al actual uso que la población hace de las
redes sociales.

Maria Arnal en Joy Eslava

La exitosa y coreada ‘Canción
total’ fue el punto álgido de la velada, seguida por la lorquiana ‘Tu que
vienes a rondarme’ con un público eufórico.
En los
bises llegó el momento de detenerse a hablar de su particular visión de la muerte, deleitando a todos los presentes con la interpretación de ‘El ball del vetlatori’, para culminar por todo lo alto con ‘A la vida’.

Los dos músicos catalanes, artistas con mayúscula, transitaron durante hora y media entre
lo popular y lo sofisticado, pasando por la música tradicional y la más
moderna, llegando a interpretaciones que van mucho más allá del propio canto. Con influencias varias, como la música de Silvia Pérez Cruz, Rosalía o Niño de Elche, la poderosa voz de Arnal y las guitarras de Bagés arrasaron
recientemente en la décima edición de las Premios de la Música Independiente. Complementándose durante todo el concierto, estuvieron acompañados por el productor del disco y artífice del sonido de algunas
de las guitarras, 
David Soler.
Arnal conmueve con su
interpretación vocal, más aún si se tiene en cuenta que sólo dispone de tres
años de formación en este campo,
 mientras que Bagés emociona en la parte instrumental. El asistente se
ve inmerso en una especie de performance, más que en un simple concierto. La
original propuesta de la banda y su reivindicativa proposición temática alcanzaron a un público sediento de originalidad que demostró estar
ampliamente agradecido por la noche que Maria Arnal y Marcel Bagés les entregaron.