EXTRA!



Corea
del Sur es uno de los países que más cambios ha experimentado en los últimos
años, cuyo vertiginoso desarrollo le ha llevado a convertirse en una de las economías de
mayor interés internacional. Madrid sigue acercándose poco a poco a una cultura
que se encuentra a más de 10.000 km de distancia pero que, gracias a eventos
como la I Muestra de Documental Coreano, parece acortarse.
El ciclo realizado por Cineteca Madrid y el Centro Cultural Coreano fue inaugurado el pasado sábado 14 de mayo y continuará hasta el domingo 22, ofreciendo cuatro largometrajes (a 3,50 euros la sesión) que evidencian el gran
potencial de la industria cinematográfica surcoreana.


El
homenaje a la mujer trabajadora que ofrece ‘Factory Complex’, del director y
guionista Im Heung-Soon, muestra el rápido crecimiento que se ha producido en un país que deja atrás una fuerte opresión social
en la que
miles de empleadas de la industria textil, cajeras o azafatas de vuelo tenían
que hacer frente a la tiranía de los más altos cargos a través de huelgas y
reclamaciones controladas de forma brutal. Una mirada al pasado más
doloroso de la sociedad surcoreana, del machismo imperante en una época en la
que se normalizaba el hecho de que niñas de 12 años formaran parte de
un precario sustento familiar.


El
sufrimiento de una generación proporciona el bienestar de las venideras, por lo que resulta indispensable visualizar este tipo de obras para despertar conciencia,
recordar esa lucha y comprender los deberes que acompañan a esos actos de
valentía. Apoyado en declaraciones de mujeres que vivieron aquellos turbulentos años, el documental (que se hizo con el León de Plata en la pasada Bienal de Venecia) hace una exposición que navega entre
el realismo y la poesía, creando una producción potente,
sensible y cercana que facilita todo tipo de comparaciones con la actualidad.


Un
relato más intimista ofrece el cineasta Park Hyunck-Jee en ‘With or without you’, con el que logró el Gran Premio en el Incheon Documentary
Pitching Forum
. En cierta manera, recuerda fácilmente al enfoque mostrado
por Jin Mo-Young en su obra ‘My love, don’t cross that river’ y la cotidianidad
de una encantadora pareja de amantes. En este caso, el espectador asiste a la
rutina diaria de Mak-Yi y su compañera de vida Choon-Hee, dos ancianas unidas
por un esposo infiel y unos tiempos en los que era necesario que un matrimonio
fuese bendecido con un hijo varón.


Choon-Hee
fue vendida por su familia para que Mak-Yi pudiera tener niños bajo su nombre.
Ahora, ambas se enfrentan a los últimos tramos de su camino, dependiendo la una de la otra. En apenas hora y media de metraje se resumen
las experiencias conjuntas, enseñanzas y vestigios de un ayer con un país muy diferente al actual. Entrañable, cálida y dolorosamente divertida, sus arrugados rostros esconden un alma joven con una gran historia que se desvela a fuego lento, provocando un agridulce disfrute que no conoce
fronteras.


El
realizador Kelvin Kyung Kun Park habla en su trabajo ‘A dream of iron’ del proceso de modernización del país tras la Guerra de Corea. Los toques
experimentales refuerzan un proyecto más visual que narrativo en el que se
fusionan naturaleza, tecnología, industria y capacidad del ser
humano. Con la construcción de un imponente transatlántico se entrevé el
cambio social tras el conflicto. Mientras que durante
los años 60 era primordial la esperanza en un futuro venidero, el reflejo del egoísmo campa hoy a sus anchas.
Un documental muy
necesario que se completa con imágenes de archivo, con un ritmo
excesivamente pausado para el espectador poco acostumbrado al realismo
contemplativo.


Los
errores del pasado son rescatados a partir de las pequeñas pinceladas que
muestra ‘Non fiction diary’, del autor Jung Yoon-Suk. La imagen del crimen se
centra en el Clan de Jijon, un grupo de jóvenes sin reparos a la hora de asesinar que dejó una gran herida en la sociedad surcoreana de los años 90. Un ejemplo que rescata otros tristes
acontecimientos como la caída del puente Seongsu o el derrumbe del centro
comercial Sampoong, con un escandaloso número de víctimas. La labor de documentación resulta impactante, creando un perfecto
collage de supuestos errores humanos, de ángeles y demonios que habitan el
mundo. Se trata del documental más reflexivo de la selección, desprendiendo un mayor dinamismo a la hora de plasmar en la gran pantalla una cuestión
realmente interesante que, por desgracia, es una muestra de lo que sucede
en cualquier nación.



Los
cuatro títulos serán proyectados de nuevo el sábado 22 y domingo 23 de
mayo en la Sala Borau de Cineteca Madrid
. Una oportunidad irrepetible para
mirar de cerca a un país y una cultura tan lejana en una clara demostración
del fantástico tratamiento de la creatividad y el arte de una sociedad en constante transformación. La
I Muestra de
Documental Coreano
se convierte así en una cita imprescindible para curiosos y
amantes del género que deseen profundizar en un punto de vista diferente de este mundo.